Resiliencia y crecimiento post trauma

La idea del cambio positivo consecuencia del afrontamiento de la adversidad, aparece ya en la Psicología humanista/existencialista de autores como Víctor Frankl, Maslow, Rogers o Fromm.
El concepto resiliencia tiene su origen del término resilio, que significa "volver de un salto". La resiliencia psicológica no habla se resistir sino que favorece la recontrucción.
Víctor Frank, psiquiatra, filósofo y neurólogo, padre de la logoterapia, una psicoterapia existencial centrada en el sentido de la vida, es la más pura muestra de resiliencia.
Creador de la gran obra “El hombre en busca de sentido“, Frankl describe en su libro cómo en su experiencia de situaciones extremadamente adversas, llegó a encontrar un sentido a todo lo que vivió.
Apresado en un campo de concentración, vivió en su piel los horrores de ser prisionero en Auschwitz y Dachau, una experiencia que superó de forma estoica, además perder a su esposa, hijos y cantidad de amigos que no llegaron a sobrevivir.
Frases suyas como: “cuando un hombre no encuentra sentido a la vida, se resigna a su suerte; cuando encuentra sentido puede vencer hasta la muerte”, nos muestran una perspectiva que nos ayuda a poner el foco en la importancia de encontrar un propósito más allá de unos mismo, para adquirir mayores recursos ante la adversidad, y desarrollar una actitud transformadora que nos ayude a vivir con más recursos y con un “para qué”.
Vivir un acontecimiento traumático puede llegar a ser una de las situaciones más transformadoras en la vida de una persona.
Resiliencia, desde la mirada de la Psicología positiva aplicada:
Sin querer quitarle gravedad a ningún acontecimiento traumático, atendiendo en cada fase lo que la persona necesita y sin desatender a ningún estado, ni emoción que pueda surgir del acontecimiento traumático, la capacidad de poder transformar estos sucesos puede facilitarnos tanto la digestión emocional, como además ayudarnos a reconstruir nuestras creencias, prioridades y nuestra forma de ver el mundo.
En muchos casos esto se traduce en un aprendizaje y un crecimiento personal.
La literatura científica actual demuestra de forma contundente que la resiliencia es una respuesta común en el ser humano, y su aparición no tiene por qué indicar patología, como se pensaba años atrás, sino un ajuste saludable y creativo ante la adversidad.
El grupo de investigación de Nadia Ayed, ha realizado un metaanálisis con 33 estudios acerca de resiliencia y publicado en 2019, señalando que hay dos formas de conceptualizar la resiliencia:
- Como un proceso.
- Como característica o rasgo.
Calhoun y Tedeschi, dividen en tres categorías el crecimiento post trauma:
- Cambios en uno mismo: Aumento de confianza, descubrimiento de fortalezas, mayor capacidad de respuesta ante situaciones adversas.
- Fortalecimiento de las relaciones interpersonales en el sistema familiar.
- Cambios en la espiritualidad, promueve un cambio de valores en el que se hace necesario reformular lo verdaderamente prioritario en la vida.
Según Calhoun y Tedeschi, la resiliencia no es total ni para siempre. Es resultado de un proceso evolutivo dinámico y se puede influir trabajando en ella.
La psicoterapia nos puede ayudar a darle un sentido a lo sucedido, para abrazar y llorar lo necesario, digerirlo y darle un lugar en nosotros donde no apriete, ni ahogue el acontecimiento traumático, donde el sufrimiento se transforme en vivencias, que aunque a veces duelan, no nos limiten para seguir viviendo con la mayor plenitud y Bienestar Emocional posible.